De la Iglesia

Comentario del Capítulo 25 de la confesión de Fe de Westminster.

El día de hoy nos toca estudiar el capítulo 25 de la confesión de Fe de Westminster. Este capítulo trata sobre la iglesia.

Entre creyentes existen muchas dudas con respecto a la naturaleza y la esencia de la iglesia. Esto se debe, muy probablemente, al uso tan diversificado que la palabra “iglesia” recibe en nuestra cultura y sociedad. Algunos usan esta palabra para referirse a un edificio en el que los creyentes se reúnen los domingos; otros la usan para hablar de denominaciones: la iglesia presbiteriana, la iglesia metodista, la iglesia católico romana, etc... Otras veces se usa para referirse a un grupo de personas “voy a ir con la iglesia a un día de campo”. En medio de todos estos usos de que recibe la palabra: “Iglesia” ¿Con cuál deberíamos quedarnos? ¿Cuál es el correcto? ¿Qué nos dicen las Escrituras? ¿Cuál es la forma bíblica de entender el término “Iglesia”?

Para lograr adquirir este conocimiento, estudiaremos la Confesión de Fe de Westminster, en el capítulo 25. Antes examinaremos el término “iglesia” etimológicamente.

“Iglesia” etimológicamente
La palabra “Iglesia” viene del griego “ekklesia”. A su vez, la palabra “ekklesia” está formada por dos palabras “ek” o “kaleo”, lo cual significa básicamente “llamar hacia afuera”.  De ahí que el significado más básico de la palabra iglesia sería algo así como: “los llamados a salir” ¿Llamados por quién? Por Dios ¿Llamados a salir de dónde? Llamados a salir de las tinieblas a su luz admirable.

La costumbre, entonces, de usar la palabra “iglesia” para hablar del edificio en el que los llamados se reúnen es incorrecta.  La palabra “iglesia” hace referencia a un grupo de gente y no a un edificio. Este lugar en el que estamos reunidos no es la iglesia, nosotros somos la iglesia.
Con esto en mente, pasemos a examinar lo que dice la Confesión de Fe de Westminster:

LA IGLESIA INVISIBLE
La primera sección dice:

“A. La Iglesia católica o universal, que es invisible, se compone del número completo de los elegidos que han sido, son y serán, reunidos en uno, bajo Cristo la cabeza de ella; y es la esposa, el cuerpo, la plenitud de Aquel que llena todo en todo.”
Esta sección trata sobre algo que en teología recibe el nombre de “iglesia invisible”, si pudiéramos ponerle un título a este párrafo en la Confesión, precisamente este sería “la iglesia invisible” ¿Qué es la iglesia invisible? ¿Quiénes están incluidos en esta iglesia? ¿Por qué recibe este nombre? Y ¿Dónde habla la Biblia de esta iglesia invisible?

I. ¿Quiénes están incluidos en la iglesia invisible?
La iglesia invisible se compone, como dice la Confesión, “del número completo de los elegidos”. En Efesios se nos habla de estos “elegidos” cuando el apóstol dice que Dios “nos escogió en él antes de la fundación del mundo” (Efe 1.4). Esto significa que, en una fecha posterior a la creación del universo, Dios determinó la cantidad exacta de personas a las cuales Él otorgaría la vida eterna y la salvación por medio de Cristo. Nada existía, excepto Dios, fue entonces que Él, por decirlo de alguna manera, tomó la decisión acerca de quiénes y de cuántos individuos llegarían a ser objetos de su gracia salvífica a lo largo de la historia. La Confesión de Fe de Westminster dice sobre los elegidos que “su número es tan cierto y definido que ni se puede aumentar ni disminuir” (CFW. 3.D). En otras palabras, si Dios escogió que 100 personas fueran salvas, no existe ni la más remota posibilidad de que pudiera haber 101 salvos o 99 salvos. De esta cantidad ya determinada por Dios, de personas que han sido, que son y que serán traídas a los pies de Cristo y a la salvación en el transcurso de la historia, se compone la iglesia invisible.
Para simplificarlo, si usted es elegido, si es parte de aquel grupo de personas que Dios decidió salvar desde antes de la fundación del mundo ¡Entonces usted es parte de esta “iglesia invisible”! Si usted no es uno de los elegidos, usted no es parte de la iglesia invisible.

Siendo más concretos: En la iglesia invisible, están incluidas personas que creen en Cristo, tanto como personas que, para el día de hoy, no creen pero que fueron elegidas y que por lo tanto eventualmente creerán en Cristo. Además, en la iglesia invisible están aquellos que aún no han nacido, pero que fueron elegidos, tanto como aquellos elegidos que en vida creyeron en Cristo pero que ahora ya no están más con nosotros. Tenemos en esta iglesia a gente viva creyente, gente viva incrédula, gente que ha muerto y gente que aún no ha nacido. En la Confesión, esto se encuentra en las palabras: “los elegidos que han sido, son y serán reunidos en uno, bajo Cristo” (CFW 25.A)

II. ¿Por qué recibe el nombre de “invisible”?
Se usa la palabra “invisible” para señalar que, para el ser humano, la elección de Dios es algo oculto, es un misterio, pues Dios no nos reveló quiénes son elegidos y quiénes no.

Nosotros podemos ver cuando alguien dice ser un cristiano, podemos ver sus buenas obras, ver su pasión, incluso podemos ver cierta cantidad de evidencias que nos lleven a suponer que su fe es genuina, o bien, evidencias que nos hagan suponer que nunca ha sido regenerado. No obstante, no podemos ver y mucho menos asegurar si un individuo es o no es parte de los elegidos. Talvez, la única excepción a esta regla es cuando un hombre muere en evidente incredulidad, entonces es justo decir: “él no era elegido”, pero antes de este punto, es prácticamente imposible realizar una aseveración de esta naturaleza. La elección, entonces, es invisible al ojo humano, esta es la razón del término “iglesia invisible”.

¿Dónde habla la Biblia de esta iglesia invisible?
¿Dónde habla la Biblia de esta iglesia invisible? El término “Iglesia invisible” como tal no aparece en las Escrituras. Sin embargo podemos inferirlo por algunas porciones como en Efesios 5.23-24:

“porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.” (Efesios 5.23-24)
Pablo, en esta sección de su carta a los Efesios, ciertamente, no está intentando dar una clase de eclesiología (la doctrina acerca de la iglesia). Él está hablando acerca del matrimonio. No obstante, la comparación que él emplea resulta sumamente útil para el estudio de la eclesiología. Pablo, en el v. 23 dice que Cristo es la cabeza de la iglesia, luego en el v. 24 dice que la iglesia está sujeta a Cristo. Nos preguntamos entonces ¿A qué iglesia se refiere Pablo? ¿Estará hablando de una iglesia local? ¿Talvez una iglesia de su época? ¿Es la iglesia de Éfeso? ¿O alguna otra iglesia fundada por Él en sus viajes misioneros? La respuesta a todas estas preguntas es negativa. Pablo no está hablando únicamente de un grupo de personas de su época que pudieran reunirse una vez cada tanto a celebrar cultos de adoración ¡No! Él está hablando de la iglesia que consiste del número total de personas que en el transcurso de la historia han sido, son y serán reunidas en uno bajo Cristo, es de esta iglesia que Cristo ha sido puesto por cabeza y es esta iglesia la que está sujeta a Cristo. Esta es la iglesia invisible: La iglesia tal como ha existido en la mente de Dios desde la eternidad pasada.

LA IGLESIA VISIBLE
En el segundo párrafo del capítulo 25 de la Confesión, nos encontramos con algo que en teología recibe el nombre de “iglesia visible”. La Confesión entonces dice:

B. La iglesia visible, que también es católica o universal bajo el Evangelio (no está limitada a una nación como anteriormente en el tiempo de la ley), se compone de todos aquellos que en todo el mundo profesan la religión verdadera, juntamente con sus hijos, y es el reino del Señor Jesucristo, la casa y familia de Dios, fuera de la cual no hay posibilidad ordinaria de salvación.
Lo primero que debemos remarcar en este punto es que las dos iglesias que hasta ahora hemos mencionado: iglesia invisible y la iglesia visible, no son dos iglesias distintas sino dos aspectos de la misma iglesia verdadera de Jesucristo. En un momento esto será mucho más claro. Hablemos primero de quiénes conforman esta iglesia.

I. ¿Quiénes están incluidos en la iglesia visible?
La iglesia visible, tal como dice la Confesión, está compuesta de “todos aquellos que en todo el mundo profesan la religión verdadera, juntamente con sus hijos”. Tenemos entonces a dos grupos de personas en esta iglesia, (1) los que profesan la religión verdadera y (2) los hijos de los que profesan la religión verdadera. Ambos son miembros de la iglesia visible universal de Cristo. Hablemos primero de los que profesan la religión verdadera.

1. Los que profesan la religión verdadera
Toda persona que sostenga y afirme los artículos esenciales de la fe cristiana puede ser justamente considerada miembro de la iglesia visible universal. “Profesar la fe verdadera” precisamente se trata de ello, abrazar los artículos esenciales de la fe cristiana.

¿Cuáles son los artículos esenciales de la fe cristiana? Saber esto no es algo de poca importancia, si no sabemos cuáles son los artículos esenciales de la fe cristiana ¿cómo podremos profesar la religión verdadera? Y si no profesamos la religión verdadera ¡No seremos parte de la iglesia visible y universal de Cristo.

Entonces ¿Cuáles son los artículos esenciales de la fe cristiana? Son los que se encuentran en los cuatro primeros Credos Ecuménicos de la Iglesia y en las Cinco Solas de la reforma protestante. Si alguna persona llegase a rechazar alguno de los puntos establecidos en estos documentos, difícilmente podríamos llamarla “cristiana”, y por lo tanto tendríamos que concluir que no pertenece ni siquiera a la iglesia visible universal de Cristo.

Por ejemplo: El Credo de los Apóstoles, que es uno de estos Credos, dice “Creo en Dios Padre Todopoderoso creador del cielo y de la tierra” Si algún hombre dijera: “yo no creo que Dios sea el creador del cielo y de la tierra, creo que el cielo y tierra han existido desde siempre y que Dios solo se los encontró en el transcurso de la eternidad”. Entonces no importa que tantas otras doctrinas correctas pueda creer este individuo, él no puede considerarse “cristiano” y nosotros no podemos llamarle “cristiano” por negar este punto tan esencial. Una de las cinco Solas, “Sola gratia”, enseña que la salvación la tenemos sólo por la gracia de Dios y no por nuestros méritos. Si una persona llegase a decir, “no, la salvación la tengo que conseguir yo por mis esfuerzos, no me es otorgada por gracia, Dios me la dará como una recompensa a mi trabajo”, tal persona, por muy sincera y bien intencionada que sea, no puede portar la etiqueta de “cristiano” y no puede ser considerada miembro de la iglesia visible universal de Cristo.

El Credo Atanasio, que es uno de estos Credos Ecuménicos de la Iglesia, inicia diciendo esto:

“Todo el que quiera salvarse, debe ante todo mantener la Fe universal. El que no guardare esta Fe íntegra y pura, sin duda perecerá eternamente.”
¿Puede notarlo hermano? existe un cuerpo básico de doctrinas que deben ser sostenidas para permanecer dentro del cristianismo y dentro de la iglesia visible universal de Cristo. En el momento en el que uno sale de este cuerpo básico de doctrinas, uno puede llamarse como quiera, pero no “cristiano”. Uno puede considerarse lo que le plazca, pero no miembro de la iglesia de Cristo.

En resumen, todos aquellos que profesan la religión verdadera son miembros de la iglesia visible universal de Cristo.

Una importante aclaración debe hacerse en ese asunto: Ser miembro de la iglesia visible y universal de Cristo no es sinónimo de ser salvos ni es sinónimo de ser elegido por Dios para salvación. Abordaremos este punto en su momento.

2. Los hijos de los que profesan la religión verdadera
Pero recordemos que en esta iglesia visible, además de los que profesan la religión verdadera, están incluidos los hijos de los que profesan la religión verdadera, los hijos de los creyentes ¿Cómo es esto? Pedro, en Hechos 2.38 y 39, en su primer discurso evangelístico dijo:

“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos”
Los hijos de los creyentes son parte de la promesa, son parte de pueblo del pacto de Dios. Desde el AT ha sido así. Por esta razón Dios mandó circuncidar a los hijos de los Israelitas a los 8 días de nacidos. La circuncisión era la señal de que los hijos del pueblo de Dios también eran parte del pueblo de Dios. Hoy nosotros nos llamamos a nosotros mismos “el pueblo de Dios” y cualquier cristiano diría "yo soy parte del pueblo de Dios”. Pero entonces ¿nuestros hijos no son pueblo juntamente con nosotros? Y cuando ellos empiecen a crecer ¿Acaso les diremos “mira hijo, Dios es mi Dios, pero no es tu Dios, yo soy parte del pueblo de Dios, pero tú no lo eres y no lo serás hasta que tomes una decisión por Cristo”? ¡No! Las Escrituras dicen “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos”. Y Dios le dijo a Abraham:

“estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones” (Gen 17.7)
Sin embargo, amados hermanos, debemos advertir que no estamos queriendo decir que la salvación sea hereditaria o algo semejante. Los hijos de los creyentes efectivamente son parte del pueblo de Dios y por lo tanto son parte de la iglesia visible.

Pero esto no implica, necesariamente, que ellos sean poseedores de la vida eterna. No implica que sean salvos ni que sean regenerados, ni implica que hayan sido elegidos por Dios desde antes de la fundación del mundo. Porque ser parte de la iglesia visible no implica necesariamente salvación, de nuevo, trataremos este punto más adelante.

Pero ¿qué implica entonces que nuestros hijos sean parte de la iglesia visible de Cristo y del pueblo de Dios? Implica que Dios despliega un cuidado y protección especiales sobre nuestros hijos. Un cuidado y protección que Él no aplica con aquellos niños que están fuera de la comunión de la iglesia visible. Esto ha sido cierto desde el AT, Dios siempre ha tratado a su pueblo de una forma especial y diferente. De una forma en la que no trata a ningún otro pueblo o nación. El resto del mundo está bajo la gracia común de Dios, pero sólo en la iglesia se derrama su gracia especial.

Esta gracia especial, este cuidado y protección no distinguen entre elegidos y no elegidos, ni entre regenerados y no regenerados. Toda la iglesia visible de Dios recibe las bendiciones especiales de Dios que no existen en el resto del mundo aparte de la iglesia de Cristo.

Es por esto que insistimos en bautizar a nuestros hijos, porque de esa manera declaramos públicamente que nuestros hijos son parte pueblo de Dios y de la iglesia visible de Cristo, y que las bendiciones que le tocan al pueblo de Dios le tocan también a ellos.

En conclusión: en la iglesia visible universal de Cristo están incluidos todos aquellos que profesan la religión verdadera juntamente con sus hijos.

II. ¿Por qué recibe el nombre de “visible”?
Se le llama “iglesia visible” en contraste con la “iglesia invisible” de la cual ya hemos hablado. Porque “profesar la religión verdadera” es algo que se puede ver y comprobar mientras que la elección de Dios es algo que no se puede ni ver ni comprobar.

III. ¿Por qué a esta iglesia se le llama “universal”?
La misma Confesión lo explica, es porque “no está limitada a una nación”. Es una iglesia que reúne en su seno a gente de todos los pueblos, tribus y naciones. Anteriormente, en la época del AT la iglesia estaba confinada a la nación de Israel, pero ahora, en Cristo, la iglesia está construida con una indefinida diversidad de nacionalidades. Esta es la misma razón por la cual a la iglesia invisible también se le llama “universal” o “católica”. La palabra “católico” no significa más que “universal”.

¿Cuál es la relación que existe entre estas dos iglesias?
Uno puede ser parte de la iglesia visible sin ser parte de la iglesia invisible. Es decir: Uno puede profesar la religión verdadera (o ser hijo de alguien que la profesa) sin estar incluido en el número de los elegidos para vida eterna desde antes de la fundación del mundo. No todos en la iglesia visible serán salvos.

También por esto es que esta iglesia recibe el nombre de “visible”. Nosotros vemos a la gente manifestado fe en Cristo y arrepentimiento por los pecados, vemos a personas, quizás, apasionadas por el Señor, bautizándose, aceptando los artículos esenciales de la fe cristiana, involucrándose en las actividades de la iglesia. Nuestros ojos pueden percibir a gente conduciéndose así y al mirar esto podemos concluir “ellos son miembros de la iglesia visible”.

No obstante, no podemos ver si todo esto que perciben nuestros sentidos es genuino. No podemos ver si esa fe y ese arrepentimiento son verdaderos. No podemos ver si esa pasión es producto del mover del Espíritu Santo o si es puro emocionalismo carnal disfrazado de piedad. No podemos ver si esa fe y ese arrepentimiento son producto de la elección que Dios realizó desde antes de la fundación del mundo o si, simplemente, son una falsificación meramente humana de la fe y el arrepentimiento verdaderos. Y por lo tanto, no podemos asegurar quien es y quien no es parte de la iglesia invisible de Cristo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Anulando el Acta de los Decretos (Predicación)

10 Características Esenciales de la Regeneración

Cómo ver Películas y Series de Forma Cristiana (1ra Parte)