Cómo ver Películas y Series de Forma Cristiana (1ra Parte)

Introducción:

Una vez vi un artículo sobre porqué los cristianos no deberíamos ver la famosa serie: “Juego de Tronos”. Me pareció muy interesante y en ese momento pensé “sería bueno que un grupo de pastores hiciera una lista de las películas y series que los cristianos no deberíamos ver”, pero luego pensé: “En vez de eso… ¿qué tal si pudiéramos enseñar al pueblo cristiano a discernir por ellos mismos y que cada uno pudiera decidir qué debería y qué no debería ver? ¡Sería estupendo!” Así que me puse a investigar cómo determinar cristianamente qué se puede y qué no se puede ver en nuestros tiempos de películas y series. Todo esto ya tiene algunos años, he venido masticando esto en mi mente desde ese entonces. No ha sido fácil, sin embargo, he llegado a ciertas conclusiones que me gustaría compartir contigo sobre cómo ver películas y series de una forma cristiana.

En primer lugar: Examina tu corazón:

En este tema es muy común pensar que el problema está principalmente en el contenido de las películas o series, sin embargo quiero desmentir eso. El problema está principalmente en el corazón de quien mira las películas o series.

Un día un joven se acercó a mí y me preguntó "Alex ¿es pecado ver películas muy violentas? o ¿cuándo sé que es pecado ver una película?". Es probable que esto le haya sucedido a muchos otros líderes en la iglesia, pero ¿cómo responder a este tipo de preguntas?

Como cristianos ¿Qué tipo de películas creemos comúnmente que está mal ver? Películas que incluyen escenas muy violentas o relacionadas con brujería, muy inmorales, que contienen un vocabulario soez (groserías) o que hacen referencia a la muerte o el diablo. Eso es lo que he escuchando que muchos cristianos piensan pero no creo que esto sea así de simple. Si tuviéramos que desechar toda producción que contenga escenas como las que acabamos de mencionar tendríamos que quitar de nuestras Biblias algunos libros, empezando por el de Jueces. Muchas de las películas que nosotros consideramos "muy violentas" o inmorales verdaderamente parecerían Toy Story o Frozen al lado del libro de Jueces. En general, en la Biblia podemos leer de escenas muy gráficas sobre violaciones (Jue 19.22-26), asesinatos (Gen 4.8), incesto (Gen 19.30-38), gente siendo despedazada por fieras (2 Re 2.23-24), gente siendo partida en trozos (Jue 19.27-30), gente cayendo de tal altura que al dar contra el suelo muere y los perros terminan comiéndose sus entrañas (2 Re 9.30-37), etc… y lo digo enserio, si la Biblia fuera una película sería clasificación “C” (película para adultos de 18 años en adelante). Comenzando por la historia del arca de Noé ¿a quién se le ocurrió que podía ser una historia para niños? Hombres, mujeres, ancianos, niños, bebes y animales, todos gimiendo, gritando y pataleando desesperados, mientras mueren ahogados por las aguas del diluvio. Si de verdad nos imagináramos la escena veríamos que no nos gustaría que nuestros hijos tengan esa imagen en su mente. Entonces ¿qué diferencia hay entre todas esas escenas bíblicas tan fuertes y las escenas “feas” de aquellas películas que salen en el cine?

Comencemos con este principio: No pecas por lo que observas sino por lo que pasa en tu corazón cuando lo observas. Por ejemplo ¿es pecado mirar a una mujer? ¿Qué dijo Jesús? ¿El mero acto de observar a una dama es pecado? No, claro que no. Pero... ¿Qué puede volver ese acto no-pecaminoso en un acto pecaminoso? ¡Si al mirar a esa dama la codicias en tu corazón! (Mat 5.27-28) Porque no pecas por lo que observas sino por lo que pasa en tu corazón cuando lo observas.

Algo semejante sucede en las películas. No pecamos por ver películas con contenido muy fuerte, muy violento, muy sangriento, muy pagano o muy inmoral ¿cuándo pecamos entonces? Cuando vemos algo que deshonra a Dios y nos deleitamos en ello en nuestro corazón, y nos gusta y lo disfrutamos ¡Eso es pecado! Si podemos ver escenas en las que se contradicen los valores del reino de Dios o se empaña Su gloria y sentimos satisfacción, placer o diversión en ello ¡Entonces claro que está mal! La Biblia es muy clara con respecto a lo que debe pasar en nuestro corazón ante cualquier exhibición de pecado o inmoralidad:

“Aborreced lo malo, seguid lo bueno” (Ro 12.9)

“El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco” (Prov 8.13)

“Aborrezco la obra de los que se desvían” (Sal 101.3)

Pero si observamos algo pecaminoso y lo que pasa en nuestro corazón es más bien gozo, placer y deleite ¡Eso es perverso! Incluso por lógica ¿cómo podríamos deleitarnos en aquello que Dios detesta sin estar haciendo algo mal? ¿Cómo podría divertirnos lo que Dios aborrece y creer que estamos haciendo lo correcto?

Si puedes ver en una película a un hombre matando a otro por puro placer y complacerte en ello; Si puedes ver una escena donde una persona insulta y denigra a otra y eso te divierte; Si puedes ver esas películas “cómicas” en donde se trata a las mujeres como objetos sexuales y todos los chistes son dobles sentidos y sientes placer en ese tipo de humor; Si puedes ver esas escenas donde los malos ganan y los valores de honestidad, justicia y amor son aplastados y sentir gusto por eso; Si te causa placer ver escenas en donde los hijos tratan irrespetuosamente a sus padres y los toman por idiotas ¡Estás pecando! Y pecas por lo que pasa en tu corazón cuando observas esas escenas.

La Biblia por otro lado podrá narrarnos escenas incluso más inmorales de las que podríamos ver en el cine o en Netflix, pero la diferencia es que siempre nos dirige a ellas como a algo que no da gusto, algo horrible, algo que no nos causa deleite y por eso cuando nosotros la leemos y nos dolemos en los pecados de los personajes bíblicos glorificamos a Dios con ello.

Por estas razones, la primera cosa que debemos tener presente para ver series o películas de forma cristiana es nuestras afecciones, necesitamos examinar constantemente nuestros corazones ante la pantalla ¿Me deleito o encuentro divertidas esas escenas en las que los personajes actúan pecaminosamente? Cuándo son sexistas, vulgares, groseros, ofensivos, burlones, presumidos, etc… ¿me gusta, me causa placer? Cuando se comportan de forma inmadura, cuando denigran a las demás personas, cuando hablan en contra de Dios o se burlan del cristianismo, cuando asesinan despiadadamente, cuando se levantan en contra de sus autoridades, cuando rompen las reglas, cuando son irresponsables, imprudentes y descuidados… ¿me complazco en ello, me deleito con eso? Si la respuesta es afirmativa, tal vez estamos viendo películas y series tal como un incrédulo lo haría, no de una forma cristiana, y estamos en pecado.

Pero si por otro lado veo todas esas cosas y las reprueba mi corazón, y las desprecio con todo mi ser pero apoyo, admiro y me alegro en los triunfos de los personajes que exhiben un mayor acercamiento a los valores del reino de Dios entonces estoy viendo mis series y películas de una forma cristiana. Si en vez de divertirme y aplaudir los pecados, inmoralidades y maldades de los personajes me gozo en los personajes con comportamientos más sobrios, justos, rectos, honestos, maduros, prudentes, etc… entonces estoy observando mis series y películas como un cristiano.

Pondré dos ejemplos para hacer esto aún más claro:

En la película de los Avengers, muchos admiraron al personaje de Tony Stark (Iron Man) y fue favorito de mucha gente ¿Cuál es la razón? Que tal personaje es un inmaduro, egocéntrico y egoísta “superhéroe” al que siempre le va bien. Y seamos sinceros, nos encantaría ser así y triunfar en la vida como este personaje ¡A nuestro pecado le encantaría eso! Pero ¿cómo podemos amar a Dios y al mismo tiempo amar lo que Dios aborrece? Amar a Dios y admirar a un personaje descaradamente inmaduro, egocéntrico y egoísta ¿Se puede? ¡No, no se puede!

Últimamente están muy de moda las series sobre narcos. Muchas personas, y seguro incluso cristianos, después de ver dichas series terminan admirando a los narcos y alegrándose en sus fechorías ¡y no es broma! Pero ¿Cuál es la razón? Que muchos de estos personajes hacen lo que quieren, cuando quieren, como quieren, nadie les manda, nadie les pide cuentas, nadie los confronta (y los que se atreven a hacerlo terminan muy mal), siempre se salen con la suya, etc... y ¿a quién no le encantaría eso? El pecado que mora en nosotros dice “Amén” ante tal espectáculo. Pero ¿podemos amar a Dios y al mismo tiempo amar eso? Obviamente no.

Y, de nuevo, el problema no es que aparezcan dichos personajes ni que se comporten de esa forma pecaminosa, el problema no es ver esas series y películas, sino que nosotros, en nuestros corazones, admiremos y aplaudamos todo ese pecado en vez de reprobarlo. Tengamos presente este principio: No pecas por lo que observas sino por lo que pasa en tu corazón cuando lo observas.

Por lo tanto, examinemos nuestros corazones cuando estemos viendo nuestras series y películas favoritas ¿qué es lo que admiramos? ¿Qué es lo que nos causa deleite? ¿Es algo pecaminoso? Cuidado. Busquemos que al final del día se diga de nosotros como se dice de Cristo en Hebreos 1.9 “Has amado la justicia, y aborrecido la maldad”.

En el presente artículo el punto fue "examina tu corazón". En la 2da y 3ra parte de este artículo los puntos serán: examina tus ideas y examina tus motivaciones.

Comentarios

  1. gracias estaba en un conflicto interno

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  2. Tener The Office repetido como ruido de fondo, celebrar la Navidad año tras año viendo Elf con la familia y volver a ver las 10 temporadas completas de Friends durante el verano (oops) son hazañas sorprendentemente no infrecuentes. Algunas personas se sienten realmente cómodas viendo las mismas películas y programas de televisión varias veces, y los investigadores han teorizado que incluso puede convertirse en una experiencia nostálgica positiva. Todo esto puedes verlo en Megadede


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