El Propósito Bíblico del Matrimonio, Una plática de Richard Pratt



        No soy un experto del matrimonio pero tengo 28 años de casado. Nos casamos a los 19 años. No sé cuán común sea esto aquí, pero no es tan común en los Estados Unidos, y por una buena razón. La razón es que a los 19 años no sabes nada de nada. La única que sabíamos es que queríamos tener sexo. Y no sabíamos cómo hacerlo y mantenernos buenos Cristianos. Esto es la verdad. Así que pueden ustedes imaginarse que pasamos por varios años de lucha, de problemas. Y debo confesarles que en estos 28 años han habido momentos en que nos hemos preguntado si no es que hemos cometido un gran error. La mayoría de las personas cambian mucho entre los 19 y los 25 años. Durante ese tiempo tuvimos muchos dolores y problemas. Pero ahora 28 años después y una nieta después, yo estoy en una posición de poder reflexionar acerca de estos últimos 28 años. Y realmente soy una persona honesta, generalmente. Y cuando miro atrás estos 28 años, me hago esta pregunta: “¿Valía la pena?” “¿Valía la pena permanecer con la misma mujer todos estos años? Es una pregunta honesta, ¿Valía la pena?”

        En los EEUU solía ser como era aquí. Había mucha presión social para permanecer juntos.  Pero ahora en los Estados Unidos no hay nada de esa presión social para permanecer juntos. Nada. De hecho, cuando vas al trabajo y ven como es, la presión es “¡Déjala! ¿Tienes problemas? Simplemente, divórciate, está bien.”  Y esto ni siquiera es muy diferente en los círculos Cristianos.  En los EEUU ya han rebasado la marca o el punto 50-50. Más del 50% de los matrimonios en los EEUU terminan en divorcio. Y las estadísticas entre los Cristianos realmente no son más alentadoras.  Así cuando yo miro mi matrimonio, me hago la pregunta, “¿Valía la pena?” y “¿Por qué valía la pena?” (porque mi respuesta básicamente es “Sí.”) No fue “Camelot.” No fue un cuento de hadas.  Pero, ¿valía la pena? Sí.  Y les puedo decir porque. Porque yo creo que nuestra fe nos enseña algo muy importante con respecto al matrimonio. Yo pienso que nos da una perspectiva del matrimonio que es mayor que nosotros.
        Si piensas en la manera en que la mayoría de las personas deciden casarse, más o menos es la razón por la cual mi esposa y yo decidimos casarnos.  Tal vez no lo llaman sexo. Tal vez lo llaman “amor.” Pero básicamente, la gente se casa porque se aman.  Ves a una persona, sales con ella, te enamoras y te casas. Y para nosotros esta es una manera natural y normal de hacer las cosas. Es tan normal que no nos damos cuenta que hay desventajas en esto. Déjenme decirles lo que me dijeron unas personas de la India, con las cuales estaba yo platicando.  Nunca habían ido a los EEUU. No habían estado en el Occidente para nada. Y estábamos hablando de las diferencias entre su cultura y nuestra cultura.  Y yo les pregunté “¿cómo es que se conocieron ustedes?” Y la mujer dijo esto: “Ah, nuestro matrimonio fue arreglado desde la niñez.” Y yo dije. “O, ¡qué tan raro es eso!”  Y la miré y lentamente dije, “¿Cómo es posible que permanezcan casados si tu matrimonio fue arreglado por tu familia?” Y ella me miró y me dijo, “¿Cómo es que ustedes pueden permanecer juntos si se casan porque se aman? Mi familia permanece igual y la familia de mi esposo permanece la misma, y ellos nos mantienen juntos durante los tiempos difíciles. ¿Qué es lo que les mantiene juntos a ustedes?”  Y yo le dije, “Pues, aparentemente no mucho.”  Si el único que mantiene junto tu matrimonio es el amor que tienen el uno al otro, sabemos realmente que se puede ser muy peligroso. Porque nuestros sentimientos van y vienen. Cambian. Vacilan. Así que esta mujer estaba diciendo algo muy cierto. Ella estaba diciendo que su matrimonio estaba cimentado en algo más grande . En su caso, era la familia de él y la de ella.  Yo estaba equivocado. Yo estaba tan equivocado que pregunté “¿Cómo es que están juntos?”  Ese ambiente les ayudaba a permanecer juntos.
        Pero lo que quiero sugerir es que la perspectiva Cristiana es un poquito diferente a la que tenía esta mujer de India.  Pero también la perspectiva Cristiana es un poco diferente a lo que en el Occidente se cree.  En lugar de ver el matrimonio como dos personas que se aman en un momento, necesitamos a empezar a notar lo que está alrededor del matrimonio, otras cosas que van a mantener el matrimonio junto cuando las cosas van arriba y abajo.
        Yo creo que una de las cosas que nosotros muchas veces no vemos es lo que la Biblia dice acerca del propósito del matrimonio. ¿Se acuerdan que Dios ve a Adán y dice que no es bueno que el hombre esté solo?  Ya saben ustedes como interpretamos este versículo en nuestra sociedad narcisista: Adán sintió soledad. Estaba mirando sobre él y decía, “¡Ay estoy tan solo!” Pero el pasaje no dice nada acerca de los sentimientos de Adán, que decía “Ay, necesito un amigo.” No dice eso el pasaje.  En vez de esto, miren lo que fue la mujer para Adán. No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacer una ayuda idónea que sea su compañera. Eso no significa sirvienta. Les recuerdo que también al referente a Dios, le decimos que es nuestra ayuda, así que no significa que la mujer es la sirvienta del hombre. Lo siento, muchachos, pero no lo dice. Pero sí significa esto: Que ella es una ayuda, una compañera, una socia en un proyecto.  ¿Por qué no era bueno que el hombre esté solo? No porque sentía soledad sino porque necesitaba ayuda para hacer algo. ¿Cuál era ese proyecto por el cual él necesitaba ayuda?  La respuesta se encuentra en capítulo uno de Génesis. Ya han escuchado este versículo pero se lo voy a repetir. Dios dijo esto: “Hagamos el hombre a nuestra imagen y semejanza, y Dios los bendijo y dijo, “Sed fructíferos y multiplíquense. Llenad la tierra. Sojuzgadla.  Y tengan dominio sobre ella.” ¿Escucharon a lo que le dijo Dios a la raza humana?  Sed fructíferos. Multiplíquense. Llenad la tierra. Sojuzgad. Tengan dominio sobre ella.  ¿Cuál era el problema de Adán? No había ninguna manera que pudiera hacer todo eso solo. Como ustedes pueden notar, el matrimonio no es para que yo satisfaga alguna necesidad psicológica, primeramente.  Está diseñado en primer lugar para cumplir el propósito de la raza humana.
        ¿Cuál es el propósito de la raza humana?  Quiero que se metan en una maquina de tiempo conmigo y que nos vayamos en el tiempo a los tiempos de los días bíblicos, los días de Charleton Heston y Yul Brynner (de “Los Diez Mandamientos”).  Allá en los tiempos bíblicos los reyes tenían una práctica que realizaron.  Ellos demostraban su gloria y su poder en una manera muy particular: ellos hacían imágenes de sí mismos, estatuas. Algunas eran grandes y algunas pequeñas. Y los reyes tomaban su ejército y hacían que llevaran todas esas estatuas, y las esparcían por todo el reino.  Así que las estatuas representaban el rey por todas partes, en las partes más distantes del reino, en las ciudades capitales, en los puertos, a la ribera, en los límites y las fronteras.  Cuando el rey conquistaba más territorios, una de las primeras cosas que hacía era poner otra imagen u otra estatua del rey allí. Y ¿ustedes entienden por qué, verdad? Esta es la manera en que ellos establecían la extensión hasta donde llegaba su reino.  Así que recuerden lo que estos reyes hacían. Hacían muchas imágenes de ellos mismos y comenzaban a esparcirlas por todo el reino, por todos lados. ¿Les recuerda esto de algo?  Debería.  Esto les debe recordar lo que Dios hizo con Su imagen. La imagen principal de Dios en la Biblia es la de un Rey. Y lo que los primeros capítulos de Génesis nos dicen es que Dios actuó como un rey. Él tiene un reino. Y su reino es el mundo. El mundo es donde supuestamente debe ser honrado, Él lo posee, es su Dueño. Él lo goza. Pero ¿cómo va a demostrar Dios que el mundo es Suyo? Por eso dice “Hagamos al hombre a nuestra imagen. Y que sean fructíferos y se multipliquen. Y que llenen la tierra. Y que sojuzguen la tierra. Y tengan dominio sobre la tierra. Como pueden ver, esto es para lo que fuimos creados, para multiplicar imágenes de Dios y llenar la tierra.  Es para eso que respiramos.
        ¿Alguna vez te has levantado por la mañana y te preguntas, “¿Por qué estoy respirando?”? Yo lo hago todo el tiempo. ¿Soy el único que hace eso?  ¿Señor, por qué estoy respirando otra vez? ¿Respiras solamente porque tienes miedo de morir?  Probablemente hay una mejor manera de vivir que esta manera. La respuesta Cristiana es nosotros vivimos para multiplicar las imágenes de Dios y dominar la tierra. Y lo hacemos para la gloria del reino de nuestro Dios. Pero estas ideas son tan extrañas para nosotros que si alguien te pregunta "¿A qué te dedicas?” o “¿Qué haces?”  Nunca vas a responder esto.  Puedes imaginarte estando en una fiesta y conoces a alguien y dices ¿Cómo se llama?” y dicen sus nombres y bueno,  te preguntan que es lo que haces y dices “Yo estoy multiplicando y teniendo dominio, ¿y usted?”  Es ridículo inclusive en un grupo cristiano, pero esto muestra cuán lejos estamos de la idea bíblica de la razón por la cual nosotros vivimos o existimos. Pero una vez que ya tú entiendes por qué es que existes ahora, podemos ver la importancia del matrimonio. Porque necesitas a una pareja o a un compañero para llenar la tierra con imágenes de Dios. Y no me estoy refiriendo simplemente a la biología, que te reproduzcas biológicamente, sino que también te reproduzcas espiritualmente. Y necesitamos ayuda para eso, un compañero confiable.  Y si quieres llenar la tierra y sojuzgarla, necesitas a un compañero confiable. Así que cuando llegues al final de tus días (y vendrán muy rápidamente).  Cuando llegas al final de tus días y veas para atrás, habrán ciertas decisiones que habrás tomado, algunas te lamentarás por ellas y algunas estarás muy agradecido por haberlas tomado. Pero una de las decisiones de las cuales debemos estar agradecidos por haber tomado es la decisión de casarnos.  Yo vi que la vida de mi esposa y mi vida tenían el propósito de construir o edificar el reino de Dios.  Esto es una cosa muy buena para tener en tu corazón. Y también date cuenta que el propósito de tu matrimonio es que te provea todo lo que necesitas para tener éxito en este proyecto, de extender y edificar el reino de Dios.  El efecto que tiene es algo similar a algo de lo que hablaba la mujer India.  Te ayuda a tener algo más allá de tus sentimientos para lidiar con los momentos difíciles.  ¿Por qué estamos casados? Para edificar el reino de Dios. ¿Por qué tuvimos estos hijos? Para edificar el reino de Dios.  ¿Por qué permanecemos juntos cuando fue difícil?  Para construir el reino de Dios. Y al final de tus días, si puedes decir estas palabras con respecto de ti mismo, entonces te sentirás feliz de haber vivido. Lo que no quisieras que se escribiera en tu lápida es “No edifiqué el reino de Dios, porque basé mi vida en lo que sentí en el momento.” No es lo que tú quieres.
        Les dije que yo preguntaba “¿Valía la pena? ¿28 años? ¿Y al principio, años difíciles?” Y me dije “Sí” y les voy a decir porque.  Porque mi esposa y yo nos miramos el uno al otro y nos decimos, “Nuestras vidas han contribuido en algo.  Hemos contribuido con el proyecto, el proyecto de edificar el reino de Dios.” Tenemos una hija que ama a Cristo. Y está casada con un varón que ama a Cristo. Y ahora tenemos una nieta, y muchos más por venir.  Y me acuerdo cuando tomé en mis brazos a mi nieta para bautizarla. Mi nieta estaba allí. Sus padres estaban allí. Nosotros estábamos allí. Y mis padres estaban allí. Cuatro generaciones juntas de cristianos que habían dado su vida para edificar el reino de Dios. Y alcé a Maggie en esta manera (arriba de mi cabeza), y dije “Hay cuatro generaciones de esta familia aquí mismo, y todos nosotros hemos estado en pacto con Dios, un pacto de edificar su reino aquí en la tierra. Y ahora yo te bautizo en este pacto para que tú y tus hijos y sus hijos y los hijos de sus hijos edifiquen el reino de Dios.  Por supuesto, yo estaba llorando, y todos los demás estaban llorando. Y cuando veo a Maggie, yo digo, “Sí, vale la pena,” para la continuación y el progreso del reino de Dios.

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