¿Respeta Dios el Libre Albedrío del Hombre?


Escucho muy seguido a cristianos decir cosas como: "Dios es un caballero y como tal no va a forzarte a creer en Él" la idea es que Dios va a dejar esa decisión a tu libre albedrío y va a sentarse a esperar que tú decidas por Él. Pero esa es una postura totalmente errónea y en este artículo explicaremos porqué.

La doctrina reformada de la Incapacidad Total Humana nos puede ayudar a entender esto ¿Qué enseña la doctrina de la Incapacidad Total Humana? Para entenderlo debemos iniciar hablando del Libre Albedrío ¿Qué es eso?

El Libre Albedrío Perdido

La mayoría la de la gente cree en el libre albedrío como la capacidad que Dios le ha dado a todo ser humano para escoger libremente entre hacer lo bueno o lo malo; entre la vida eterna o la muerte eterna; entre permanecer en pecado o seguir a Cristo. Podríamos decir que el libre albedrío te pone ante dos caminos y te dice "tú tienes el poder para escoger cualquiera de estos dos, la elección está en tus manos". Pero ¿lo tenemos? ¿Tenemos ese poder? ¿Tenemos libre albedrío?

Si estudiamos las Escrituras podremos notar que hubo sólo un hombre con este tipo de libre albedrío y ese fue Adán. En la teología reformada tenemos un término técnico que nos habla de ese libre albedrío de Adán: "posse peccare, posse non peccare" lo cual significa: "puede pecar, puede no pecar". ¿Podía Adán, en el poder de su voluntad, decidir no pecar? Sí podía, no obstante también podía pecar y así lo hizo: Adán pecó (Ecl 7.29).

Lo más relevante del asunto es que cuando Adán decidió pecar tomando del fruto prohibido él renunció al libre albedrío con que fue creado y entró a otro tipo de libre albedrío no tan libre ¿Cómo o Por qué? Me explico: cuando Adán pecó no sólo se hizo merecedor de la muerte que Dios le había anunciado cuando dijo "mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás" (Gn 2.17), sino que además su naturaleza interna quedó corrompida. Los afectos de su corazón se torcieron. Su entendimiento fue entenebrecido: El pecado entró en él. Desde ese día y en adelante cada ser humano que nace como descendiente de Adán (osea todos) viene ya con esa naturaleza corrompida y enteramente inclinada al pecado. Tú y yo, estimado lector, venimos al mundo con una hereditaria preferencia por el pecado (Gén 5:3; Job 14:4; 15:14; Sal 51.5; Ro 5.12).

¿Qué tan grave quedó la naturaleza del ser humano tras la caída en pecado?

Muchas personas creen que los efectos de esta caída no fueron tan devastadores y que una parte del ser humano (la parte donde está el libre albedrío) quedó pura e intacta. Por el contrario, la teología reformada responde a esta pregunta con la doctrina de la Depravación Total Humana. La doctrina de la Depravación Total Humana no enseña que todo ser humano sea todo lo depravado que potencialmente pudiera ser, sino que todo ser humano está afectado por el pecado en la totalidad de su ser. Nuestra naturaleza interna no es 50% buena y 50% pecadora, ni siquiera es 1% buena y 99% pecadora, sino 100% pecadora. Muchos dicen "en tu interior hay dos lobos, uno bueno y uno malo. Depende de a cuál tú alimentes será el que prevalezca contra el otro". Pero la verdad escritural es que no hay lobo bueno que alimentar porque no hay lobo bueno alguno. "Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien" (Ro 7.18). No hay una parte de ti que haya escapado a los efectos de la caída. El pecado ha sido invasivo a cada centímetro cuadrado de tu corazón (Ti 1:15; Gén 6:5; Jer 17:9; Ro 3:10-18). Eres malo desde lo profundo de ti. Así de mal quedó la naturaleza interna del ser humano. A esta corrupción de la naturaleza humana se le llama: "Naturaleza pecaminosa".




Un Libre Albedrío No Tan Libre

Ahora volvamos a lo del libre albedrío ¿Escapó el libre albedrío humano a los efectos del pecado? No, de hecho la naturaleza pecaminosa que el ser humano vino a adquirir tras la caída, fijó nuevos límites al libre albedrío que había en el Eden, haciéndolo, de hecho, menos libre. El libre albedrío de Adán, antes de la caída, alcanzaba para escoger entre pecar o no pecar. Pero el albedrío del hombre actual, tras la caída, se ve acortado por la naturaleza pecaminosa a tal grado que ahora el hombre sólo puede decidir entre pecar o pecar. "Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios." (Ro 8.7-8). ¿Así que el ser humano sólo puede pecar? así es, solo puede pecar ¿Por qué? Porque la capacidad y la libertad de su voluntad está limitada por su naturaleza.

Para ilustrar esto podemos poner un ejemplo: Imagina a un buitre y a una paloma. Delante de ellos como alimento disponible un montón de migajas de pan y por otro lado carroña. Cualquiera pensaría que tanto el buitre como la paloma pueden decidir libremente entre cualquiera de estos dos alimentos sin embargo no es así. La capacidad y la libertad de su voluntad están limitadas por sus respectivas naturalezas. El buitre por su naturaleza de buitre siempre va a escoger la carroña y la paloma por su naturaleza de paloma siempre decidirá ir hacia las migajas de pan. Su "libre albedrío" no llega hasta el punto de poder actuar en contra de sus inclinaciones naturales pues el poder de su voluntad está restringido a operar dentro de los límites de su naturaleza.




Si el hombre tiene una naturaleza pecaminosa y gracias a esto tiende, busca o desea al pecado así como el buitre a la carroña ¿Podrá escoger el bien y despreciar el mal? "¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas?... ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?" (Jr 13.23) ¡Definitivamente no! ¡No se puede! Si el poder de la voluntad humana está restringido a operar dentro de los límites de su naturaleza pecaminosa entonces el ser humano sólo puede escoger pecado así como el buitre sólo puede escoger carroña. Y nunca escogerá el bien por la misma razón por la que el buitre nunca irá a las migajas: Por su naturaleza.

La teología reformada tiene un término técnico para esta realidad: "non posse non peccare". La voluntad del hombre tras la caída se encuentra en este estado. "Non posse non peccare" significa "no puede no pecar". En otras palabras: dejados a la libertad de nuestra voluntad y a la corrupción de nuestra naturaleza lo único que podemos hacer, invariablemente, es deshonrar a Dios y ensuciar el prestigio de su Santo nombre en cada acto, pensamiento y palabra. Por más fuerza de voluntad que apliquemos no podemos no pecar, no poseemos esa capacidad (Ro. 8.7-8).

¿Entonces No Tenemos Libre Albedrío?

¿Entonces no tenemos libre albedrío? Sí tenemos, pero únicamente opera dentro de los límites de nuestra naturaleza. Es como un ratón encerrado en una caja. El ratón puede ejercer su voluntad como le plazca siempre y cuando sea dentro de los límites de la caja. Puede comer queso dentro de la caja, puede jugar dentro de la caja, puede correr dentro de la caja, pero no puede salir de la caja para ejercer su voluntad afuera. En este sentido podemos decir que la voluntad de Adán, al principio, yacía en una caja muy amplia: su naturaleza original. Pero que luego cayó en pecado encerrándose en una caja mucho más pequeña: la naturaleza pecaminosa. Esto no eliminó su libertad sino que acortó el margen de operaciones de su voluntad. Los límites para nuestro libre albderío cambiaron de “Eres libre para no pecar” (posse non peccare) a “Eres libre para pecar como prefieras”(non posse non peccare).




Por esto podemos decir que el libre albedrío que el ser humano tiene en la actualidad no es libertad o capacidad para escoger entre pecar o creer en Cristo. Más bien es libertad para escoger entre un pecado u otro. Eso nos hace pensar que tal vez "libre albedrío" es un título que le queda muy grande al tipo de libertad que tenemos: Una libertad esclava y adicta al pecado.

Conclusión

Al principio dijimos que la doctrina de la Incapacidad Total Humana nos ayudaría a encontrar la razón por la cual decir que Dios "es un caballero" es incorrecto. Todo lo que hemos dicho hasta ahora conduce a la enseñanza de esta doctrina ¿qué enseña la Incapacidad Total Humana? Que la voluntad del hombre está totalmente incapacitada para escoger cualquier bien espiritual y por lo tanto incapacitada para escoger a Cristo para salvación. Que ni tú ni nadie en este mundo tiene en sí mismo la capacidad para decidir creer en Cristo, arrepentirse y así ser salvo.

Si la Incapacidad Total Humana es cierta ¿Cómo será posible que alguno pueda creer en Cristo y escapar de la condenación? Dios en su gracia envía a sus mensajeros en el momento determinado para predicarnos el evangelio y por medio de esa exposición Dios actúa en contra de nuestra voluntad dándonos una nueva naturaleza "siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre" (1 P 1.23). En teología llamamos a esto “regeneración”.

Esta nueva naturaleza regenerada fija, una vez más, nuevos límites al libre albedrío humano. Con ella puedes escoger creer en Cristo como un acto de tu voluntad. De hecho, una vez regenerado no podrías no creer en Cristo.

Pero lo relevante al tema es esto: Dios tiene que violentar nuestro libre albedrío caído si pretende que alguien alguna vez pueda ser salvo. Si no lo hiciera y nos preguntara amablemente "¿Quieres tener una nueva naturaleza?" siempre diríamos "¡No!". Si Dios fuera un caballero y dejara la decisión en nuestras manos todos terminaríamos en el infierno. Es por eso que todo creyente puede alabar a Dios y decir en oración y en alabanza: "Gracias Dios porque no me dejaste en mis propias manos, ni en poder de mi voluntad y capacidades, porque no me preguntaste ni me diste elección. Tú por tu pura gracia me tomaste y renovaste y en el acto me salvaste de mis propias inclinaciones depravadas. Tuya sea la Gloria por siempre. Porque la salvación pertenece al Señor. Amén".

Comentarios

  1. Bastante completo; me agrada mucho todas las maneras en que se busca hacer suficientemente clara este doctrina. Gracias!!!

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  2. Muy bien hermano. Aprecio mucho tu trabajo que nos edifica. Segui publicando temas de esta indole o dale seguimiento a uno especifico como este.
    Dios te bendiga y te siga usando para su gloria.

    Isaias S.
    Ig. Ev. Presb. Central
    GUATEMALA.

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