¿Cómo Santificar el Día de Reposo?


"nadie diga que la Ley del descanso sabático no tiene nada que ver con nosotros; pues quiso nuestro próvido y misericordioso Padre tener en cuenta y proveer a nuestra necesidad no menos que a la de los judíos" - Juan Calvino

Dios decidió separar un día del resto de los días de la semana para hacer de él un día especial y en su Palabra repetidas veces nos mandó respetar esta separación. En el cuarto mandamiento, "Acuérdate del día de reposo para santificarlo" (Ex. 20.8) nuestro Señor nos lo ordenó explícitamente: "¡Santifiquen este día!".

El verbo "santificar" viene de una palabra hebrea (qadosh) que nos habla de algo "separado" o "dedicado" para Dios. El diccionario Vine (Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y Nuevo Testamento de Vine) dice lo siguiente sobre el verbo "santificar": La raíz principal de este verbo denota un acto o estado por el cual personas o cosas se apartaban para el culto a Dios: se consagran o se "hacen sagradas" para el culto a Dios. Esta acción o condición significa que el objeto o la persona "consagrada" no debe eplearse en trabajos ordinarios y debe tratarse con especial cuidado porque es propiedad de Dios.

Por lo tanto "santificar el día de reposo" es apartar un día del resto para culto a Dios. Y no, esto no significa simplemente que debemos destinar un día para reunirnos para el "servicio dominical" y después ir a hacer lo que se nos antoje el resto del día. Apartar un día para culto a Dios significa mucho más. Nuestros hermanos en la fe hace años se reunieron en Westminster y precisamente, después de entender que debían separar un día del resto, se preguntaron lo siguiente: "¿Cómo ha de santificarse el día de Reposo o del Señor?"

"Respuesta: El día de Reposo o del Señor debe santificarse por un santo descanso en todo ese día, no sólo de las obras que en todo tiempo son pecaminosas, sino aun de aquellos empleos y recreaciones mundanales que son lícitos en los otros días; y debe ser nuestra delicia emplear todo el tiempo (excepto el que se emplee en obras de necesidad y misericordia) en los ejercicios públicos y privados del culto de Dios" (CMW P. 117)

El Día de Reposo es Todo el Día

Me gusta lo enfático de la respuesta del Catecismo cuando dice que el descanso debe ser "en todo ese día". Hace poco fui a una iglesia en donde los hermanos me comentaron que comenzaban el servicio dominical ¡a las siete de la mañana! Al principio pensé "qué hermanos tan consagrados" pero ¿cuál era la verdadera razón por la cual tenían el culto tan temprano? ellos decían "así podemos librarnos de esta carga y ocupar el resto del día para pasear, ir al supermercado y divertirnos" ¡Es increíble que esto esté pasando en iglesias que dicen seguir los estándares de Westminster! El día de reposo "debe santificarse por un santo descanso en TODO ESE DÍA", ¡TODO ESE DÍA! no sólo en un pequeño culto unas horas en la mañana o en la tarde.

Esto no quiere decir que debamos hacer un culto que dure 24 horas. En la respuesta de Westminster encontramos muy bien presentado que es lo que debemos y no debemos hacer ese día. Observemos que hay dos cosas de las cuales debemos descansar:

1. debemos descansar de nuestros empleos y
2. debemos descansar de aquellas recreaciones mundanales que son lícitas en los otros días.

Debemos descansar de nuestros empleos y responsabilidades cotidianas

En Éxodo 16 Dios dijo a su pueblo que un día antes del día de reposo caería suficiente maná para dos días, es decir que ellos tendrían suficiente alimento como para no salir a recoger alimento en el día de reposo. De esta manera Dios hizo que su pueblo no tuviera la necesidad de dedicarse a sus obligaciones y deberes cotidianos ¿Para qué? para que ellos pudieran santificar el día de reposo.

En el día de reposo debemos descansar de nuestros empleos, y si no tenemos "empleos" como tal, entonces sencillamente debemos descansar de nuestras responsabilidades cotidianas. Pogámoslo en términos prácticos: Ese día usted no puede pedirle a sus hijos que saquen la basura o limpien su habitación, no puede lavar los trastes o barrer la casa, los niños no pueden hacer la tarea del colegio, usted no puede estar haciendo llamadas al trabajo ni cerrando tratos, etc... Dios pide un descanso de las responsabilidades cotidianas de cada ser viviente en tu hogar, es por eso que leemos en Éxodo 20.10: "no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas". Y para el día de hoy ya no tenemos "bestias" como en la antigüedad, pero si quiesiéramos encontrar una aplicación para esta idea: ¡No siquiera el perro puede trabajar en el día del Señor!

Debemos descansar de actividades recreativas o de entretenimiento

Además de dejar las responsabilidades o deberes cotidianos a un lado tenemos que dejar las "recreaciones mundanales" ¡Nada de ir al cine, nada de regresar del culto para ver la televisión o salir a pasear, nada de jugar juegos de mesa o videojuegos, nada de ir a dar una vuelta, nada de acostarse a leer una novela, nada de entretenimiento o actividades recreativas! Dios dijo en Isaías 58.13-14: "Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová" y con estas palabras entendemos que si descansamos de nuestros trabajos no es para entregarnos a nuestros propios placeres terrenales sino para entregarnos al deleite que hay en Jehová. Alguien podría decir "si es un día de reposo, yo considero que yo reposo mejor viendo televisión, o paseando, o saliendo con mi familia" ¡Pero ahí está el detalle, USTED considera eso, pero nuestro Dios, en otras palabras está diciendo: "yo te voy a mostrar lo que en verdad va a darte reposo: ¡Yo mismo!" ¡Casi podríamos decir que Dios nos está retando con las palabras que leemos en Isaías 58.13-14!: "Si tú dejaras de hacer todas tus cosas, si dejaras de lado tus propios, pequeños e ilusorios descansos y placeres... entonces te deleitarás en Mí" ¿Cuándo fue la última vez que usted buscó deleite en Dios? ¿No cree que lo necesita mucho más de lo que necesita ver el partido o ir al cine?

Debemos ocuparnos en los ejercicios públicos y privados de culto a Dios

Hemos mencionado dos cosas que debemos evitar: (1) Ocuparnos en nuestros empleos y responsabilidades cotidianas y (2) ocuparnos en actividades recreativas o de entretenimiento. En lugar de esto ¿Qué sí debe ocupar nuestro tiempo en el día de reposo? Westmisnter dice "debe ser nuestra delicia emplear todo el tiempo en los ejercicios públicos y privados del culto de Dios" ¡Culto, culto a Dios! No es opcional, no es sólo recomendable, tenemos que asistir al culto público. El día de reposo está diseñado para esto. Levítico 23.3 dice: "Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis" ¡Santa convocación! El día de reposo es una forma de convocar o de llamar a los hijos de Dios a una reunión sagrada para la adoración del Señor. Si Dios mismo puso este día como una convocación para adorarle ¿Quien de nosotros tendrá la osadía para declinar dicha convocación? ¿Usted le dirá a Dios "No, Señor, hoy no quiero ir a adorarte"?

Pero hay algo más, no todo se trata del culto público, Westminster menciona un "culto privado". Para entender esto debemos romper con la idea que tenemos de la palabra "culto". Ya sé, como presbiterianos nos imaginamos algo super estructurado, con llamamiento a la confesión, llamamiento a la adoración, un canto, unas lecturas, la predicación, las ofrendas, etc... Todo esto es cierto para el "culto público", pero no tiene que serlo para el culto privado. El culto privado es una especie de momento devocional largo, intenso y disciplinado. Cuando regresamos del servicio dominical a casa esto debe ser sólo una transición en la que salimos del culto público para entrar al privado. Entre semana, a veces, no tenemos tanto tiempo como quisiéramos para orar, leer la Biblia o para meditar en el Señor. Sabemos que deberíamos hacerlo más y nos duele no hacerlo. Pero el día de reposo con su momento de "culto privado" es el tiempo indicado para darnos fuertes dosis de meditación, de lectura de la Palabra y de oración. Es el momento especial para examinar nuestros corazones a fondo, para arrepentirnos por nuestros pecados y para renovar votos con Dios. Es el día y momento para encerrarnos en nuestra alcoba y pedir que nadie nos interrumpa o salir a perdernos entre la naturaleza y derramar nuestras almas ante nuestro Creador y Redentor. Existen tantas riquezas escondidas en el día de reposo, si tan sólo llegáramos verdaderamente a él, podríamos saborearlas.

Juan Calvino, comentando el cuarto mandamiento, el del día de reposo, dijo: "El fin de este mandamiento es que muertos nosotros a nuestros propios afectos y nuestras obras, meditemos en el Reino de Dios, y como efecto de esta meditación nos ejercitemos en los caminos que Él ha ordenado" (Institución II.viii.28)

Dos Excepciones para Romper el Descanso y Trabajar

Pero existen dos excepciones por las cuales podemos romper el descanso y trabajar. Podemos dejar de descansar para:

1. Hacer bien al prójimo.
2. Predicar la Palabra.

Jesús en Mateo 12.10-13 nos enseñó claramente que es licito hacer bien al prójimo. Leemos como dice esta porción: "había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? Él les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante? Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo. Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra.

Romper con el descanso para "hacer el bien" al prójimo es aplicable, por ejemplo, para aquellos que son médicos y que son solicitados por alguna emergencia, o para aquellos que son bomberos y son llamados a apagar un incendio, o para aquellos que son policías y que son llamados a detener un crimen, y, en fin, para todas aquellas personas cuyas profesiones tengan este nivel de urgencia. No es lo mismo dejar de descansar para apretar una tuerca, que dejar de descansar para salvar una vida.

La otra excepción para pausar el descanso es predicar la Palabra de Dios. Esto es así porque es lo que Jesús mismo hizo en repetidas ocasiones (Mc 6.2; Lc.4.16, 31; 6.6; 13.10). Jesús tenía por costumbre pararse en la sinagoga a enseñar en los días de reposo. Luego los apóstoles hicieron lo mismo. Usualmente los textos narrativos no son normativos, no sacamos leyes de los hechos, pero tratándose de los hechos de Cristo, aquel a quien debemos imitar en todo, la cuestión cambia. Si Jesús lo hacía podemos hacerlo pues buscamos en todo ser como él. Si trabajamos en la predicación de la Palabra no transgredimos el día de reposo.


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